Castillo de Locubín

Castillo de Locubín situado al sur de la provincia de Jaén, a unos 68 Km de la capital. A una altura de 550 metros sobre el nivel del mar y con una superficie total de 106 Km2. La población se aproxima a los 5700 habitantes. Estratégicamente situada en el centro de Andalucía, se accede a la población a través de la carretera nacional 432, a una hora en coche de las capitales de Córdoba, Granada y Jaén. Al borde de la Sierra del Ahillo y situada en un valle a orillas del río Guadalcotón, alterna zonas de sierra con una hermosa ribera.

En Castillo de Locubín el apreciado fruto es la cereza, es un frutal emblemático, tanto en  la cultura como en el folklore, dado que se organiza la Fiesta de la Cereza y vegas del San Juan, en torno a la recolección de la cereza.

La belleza de su entorno ha quedado en perpetua exposición, en forma de grieta candorosa, como un seno hermoso de mujer que se dejara entrever entre la blanca lencería de sus cerezos en flor.

Existen hechos que confirman asentamientos prehistóricos y otros sucesos ibéricos, púnicos e hispano-romanos, por el hecho de ser camino para otros lugares donde encontraban la plata, un metal muy preciado y causante de muchas luchas.

Antes de la llegada de los musulmanes, Castillo de Locubín era ya ciudad ibero romana. En los alrededores existen varias cuevas, la mayoría aún sin explorar, entre las que sobresalen las del Jabonero en el Calvario, la de los Murciélagos en la Acamuña, la del Caldero en la Coronilla, la de la Cabeza Baja en el cerro de su nombre, donde se descubrió la existencia de una ciudad romana, «Ipolcobulcula», conocida como Encina Hermosa.

Fue zona fronteriza y de conquista, en la que existían continuas treguas entre musulmanes y cristianos.

Desde la invasión árabe en la península, se consolidó  una población resultante de la fusión de lo indígena con lo musulmán. La nueva población va surgiendo en torno a la Villeta. Durante las últimas décadas del siglo IX y las iniciales del siglo X, estuvo envuelta en la revuelta muladí. El rey Alfonso VI fue el primer conquistador castellano de esta tierra pero  volvió a manos musulmanas, mediante el pago de un tributo.

A pesar de las continuas treguas entre musulmanes y cristianos, Alfonso XI se preparó para llevar a cabo una importante campaña contra el territorio Andalusí, y, en 1340, marchó con dirección a Granada. Al llegar a Alcalá la Real la sitió, pero dado que las vituallas para el ejercito debían llegar desde Córdoba y Jaén pasando por Castillo de Locubín, el rey se decidió a encargar al infante Don Enrique su cerco, al tiempo que se talaban sus campos para impedir el abastecimiento del lugar. El duro sitio motivó la capitulación de la plaza ante los cristianos en el año 1.341.

Al hallarse Castillo de Locubín en la frontera, hubo momentos en que el lugar llegó a ser asolado por los musulmanes. Así continuó la situación hasta la toma definitiva de Granada por los Reyes Católicos.